Ubicación | La Manga, Mar menor |
Año | 2019 |
Cliente | Consejería de Empleo, Universidades y Medio Ambiente |
Estado | En construcción |
Categoría | Identidad, Biofilia, Activación del territorio y el paisaje, Urbanismo y territorio, Cultura y educación, Espacio público y territorio |
Colaborador/es | Ambientalista: Antonio Robledo_Islaya |
La Manga del Mar Menor, ubicada en un cordón litoral entre los mares Menor y Mediterráneo, es un territorio privilegiado sometido a una gran presión urbanística.
Dentro la estrategia europea DUSI presentada por la CARM, se nos presenta la oportunidad de transformar un espacio degradado en un nuevo enclave de biodiversidad y cuidado de la salud.
Parque Dunar propone restablecer en parte algunos de los paisajes naturales preexistentes, compatibilizando nuevos usos humanos con el resto de especies.
La topografía derivada del paisaje de dunas permite ordenar el espacio para integrar diferentes usos lúdico-deportivos con itinerarios peatonales y ciclables junto con áreas destinadas a la renaturalización del paisaje.
Las zonas humanas quedan claramente diferenciadas de las no-humanas mediante la vegetación, pendiente y terreno que las delimita, quedando estas últimas inaccesibles salvo para labores de mantenimiento. De esta manera se protege y fomenta al máximo la biodiversidad del entorno a la vez que la naturaleza se convierte en el elemento que estructura los diferentes usos del parque.
Parque Dunar plantea realzar el paisaje litoral, el conocimiento del medio y la educación para la sostenibilidad a través de la presencia como elemento principal, de la naturaleza, apareciendo en todo el parque rodeando las islas de programa.
Un frente marítimo, como el de La Manga, presenta unas condiciones climáticas de gran influencia de vientos marinos, alta insolación y limitación de terreno donde desarrollar raíces. Por este motivo, la elección y distribución de la flora utilizadas en este proyecto se caracterizan por ser autóctonas y endémicas del paisaje costero de La Manga y litoral mediterráneo, de manera que su adaptación al entorno sea óptima, coherente, duradera y respetuosa con el medio.
Además, El proyecto busca recuperar especies endémicas como la sabina costera (Junisperus oxycedrus subsp. Macrocarpa) que vivía en dunas y arenales litorales y sublitorales pero que actualmente se encuentra extinta en la Región de Murcia y el enebro costero (Junisperus phoenica subsp. turbinata) casi extinto.
Así lo describe el libro “árboles y arbustos autóctonos de la región de Murcia”: “Existen indicios de que pudo estar en la Manga del Mar Menor, tal como aparecen confirmarlo citas históricas como esta del S.XVI en que el alcalde Mayor de Monreal se les escapan aquí unos corsarios, porque “los dichos moros vinieron cubiertos de ginebros y çabinas”. En su estudio histórico del campo de Cartagena C. Zamora y A.Gradal concluyen: “Las playas, y en particular la Manga, se encontraban cubiertas por un denso sabinar litoral, dominado por sabinas y enebros: Junisperus macrocarpa y Junisperus turbinata, posiblemente con presencia también de lentisco y pinos”
Se proyecta una distribución paisajística en función de las condiciones climáticas de las diferentes áreas, aprovechando también su función didáctica, para familiarizar al ciudadano con la flora mediterránea y litoral. En el frente de levante, más expuesto a los vientos del Mediterráneo, predominan las palmeras datileras (Phoenix dactylifera) y palmitos (Chamaerops humilis) junto con arenales creando praderas de color con especies como lotus creticus, espliego (Lavandula dentata), barrón (Ammophila arenaria), asteriscus maritimus, flor de mayo (Limonium caesium), lastón (Brachypodium phoenicoides), esparto (Estipa tenacissima) cardo marino (Eryngium maritimum) y azucena de mar (Pancratium maritimum). En el frente de Poniente, más protegido del viento, predominarán los pinos piñoreno (Pinus pinea) y carrasco (Pinus halepensis) , enebros (Junisperus phoenicea subsp. Turbinata) y sabinas costeras (Junisperus oxycedrus subsp. Macrocarpa), lentiscos (Pistacia lentiscus), acebuches (Olea europaea sylvestris) o tarays (Tamarix canariensis/gallica).
En zonas altamente urbanizadas, como puede ser La Manga, el ciclo natural del agua se ve alterado por la alta proporción de suelos pavimentados, que impiden la infiltración del agua a las capas inferiores del terreno, y la escasa presencia de vegetación, que disminuye el efecto de la evapotranspiración. El agua de lluvia corre por estas superficies traduciéndose en un mayor riesgo de inundaciones, contaminación y erosión.
Parque Dunar plantea grandes superficies de espacio público renaturalizado en las que se minimiza el uso de pavimentos impermeables, quedando estos limitados a la contención de terrenos y o a determinados usos.
Los extensos parterres para vegetación o el campo de fútbol de arena presentan una alta permeabilidad que propicia que el agua de lluvia no aprovechada por las plantas pueda infiltrarse en el terreno, ayudando a conservar el ciclo natural del agua.